viernes, 4 de noviembre de 2016

Recuerdos, fantasía y realidad en la obra de Paolo Ventura.

"War Souvenir"
"Hay que inyectarse cada día de fantasía para no morir de realidad", la frase le pertenece a Ray Bradbury, escritor norteamericano de obras como Gran Hermano, pero podía atribuírsela a Paolo Ventura, ya que sus imágenes beben de la fantasía que emana de los recuerdos y que cubre la realidad en la que vivimos inmersos, que como dice Ventura ya es "bastante aburrida".

"Homenaje a Saúl Steinberg" (Short Stories)

Paolo Ventura es un artista milanés que se marcha a Nueva York en busca de la inspiración que su trabajo como fotógrafo de moda, no le proporcionaba. Allí y tomando como recurso y fuente de inspiración un pequeño armario, comienza a dar forma a obras de arte que conjugaban el dibujo (donde plasma la idea, el concepto), la pintura y la fotografía. Obras que adoptan la forma de pequeños dioramas. Ventura se encarga de construirlo absolutamente todo: los decorados donde los pequeños muñecos (Barbie, Kent y muñecos de acción) cobran vida o la ropa que visten. Pero también compra en plataformas de Internet y en mercadillos el resto de objetos que necesitaba. Trabaja con la minuciosidad de un artesano, va al detalle, quizá porque en su primer trabajo como asistente de un fotógrafo, mientras estudiaba Bellas Artes en la Academia de Breda, se dedicó a fotografiar los pequeños objetos que había en el estudio. Los temas que plasma provienen de recuerdos. Recuerdos que están compuestos de nostalgia, fantasía y también una pizca de soledad, de esa soledad que se siente cuando evocamos otros tiempos. Los recuerdos le vienen de las historias que su abuela le contaba sobre la Italia fascista que vivió, de su padre, un gran narrador e ilustrador de cuentos, que amenizaba las veladas infantiles con historias. Pero también recuerdos propios de una niñez y adolescencia que pasó fuera de clase observando lo que pasaba en su ciudad y leyendo obras de Pasolini.


Sus obras se caracterizan por la creación de atmósferas, que como en el caso de la serie War Souvenir, nos recuerdan las películas de serie negra. Atmósfera que crea a partir de los juegos de luces. Luces que provienen de una lámpara de techo y también de las pequeñas lucecitas de Navidad con las que decoramos nuestros hogares y que a Paolo le proporciona tonalidades verdes y azuladas. Atmósferas que también nos trasladan, en esta serie, al Neorrealismo italiano, en donde las escenas eran filmadas en la calle para ganar más realismo pero también debido, a que los estudios de cine, habían sucumbido bajo las bombas de la 2ª Guerra Mundial. Paolo asimismo, nos sitúa en exteriores y añade a las fotografías un halo de imagen antigua que incorpora una capa más de realidad. Del realismo de esta serie, muy documentada pasamos a la fantasía, soledad e inquietud de Winter Stories, una serie de historias que nos trasladan al circo. En sus últimos 15 minutos de vida, el arlequín recuerda su pasado circense, quizá por ello las imágenes no trasmiten la alegría propia de este espectáculo, sino la nostalgia y cierta tristeza que está apoyada por un colorido plano, sin gradaciones tonales, muy tranquilo pero inquieto, a la manera de Antonio Donghi un pintor italiano del que Ventura se siente deudor. Nada tienen que ver con las pinturas que trataban el mismo tema de George Seurat. Viendo sus obras podemos encontrar en nuestra memoria visual, otros referentes como René Magritte, por el ambiente surrealista pero dentro de la cotidianeidad, diferente al onírico y automático practicado por Dalí; Edward Hooper por la evocación de la soledad y cierto desarraigo de los personajes. En las diferentes series vamos apreciando como se va desprendiendo de los datos que nos sitúan en el espacio y en el tiempo, para al final con pocos recursos tanto de decorados como de información añadida, deja que nosotros terminemos de crear las historias. Historias, que como en Short Stories, están integradas por fotogramas a los que les falta el movimiento para darles la vida de pequeñas narraciones cinematográficas. Una serie en la que abandona Nueva York para volver a su ciudad natal y con ella los dioramas. Ahora los protagonistas serán su hijo, su mujer, su hermano gemelo y el propio Paolo. El punto de unión de esta serie, compuesta por 12 historias, será la pérdida y el abandono de las personas a las que uno quiere o incluso de uno mismo cuando crece y va perdiendo al niño que fue, como se aprecia en "Homenaje a Saúl Steinberg". Es una serie muy sencilla y simple que repite recursos como la utilización de la maleta o las ciudades anodinas y monocromáticas en las que únicamente aparece como referente un cinema, pero es un referente falso ya que no nos sitúa en ninguna ciudad concreta. Son ciudades imaginadas, inventadas e invisibles como las creadas por Italo Calvino y que Marco Polo describía al Kublai Kan. Solamente la niebla nos da una pista de donde se desarrollan todas estas historias inventadas: en la zona norte de Italia en la que Paolo reside.

"El lanzador de cuchillos" (Short Stories)
Sus fotografías están no solo  llenas de sus recuerdos, también de la tradición italiana cinematográfica, estética y artística. Así como evocaciones a temas ya tratados por otros artistas, como la mujer desolada y abatida que aparece en "El lanzador de cuchillos" y que irremediablemente nos recuerda a "El ajenjo" de Edgar Degas, "La bebedora de absenta" de Picasso pero también la de Tolouse Lautrec. Mujeres que se pusieron de moda en la segunda mitad del S.XIX, y que frente a la copa medio llena y a una botella medio vacía se abstraen del mundo que les rodea pensando en el mundo interior que las atormenta. Mujeres angustiadas y solas.



Aunque Paolo se retiró del mundo de la moda, en la actualidad ha trabajado para una marca italiana de ropa, siguiendo la estética de Short Stories.

Estas 3 series se pueden ver por primera vez en nuestro país, en la Sala Municipal de Exposiciones de San Benito en Valladolid, gracias al matrimonio Cotroneo. Junto a ellas un diorama al que debemos asomarnos por un pequeño orificio y descubrir sin ser vistos la escena que se desarrolla en su interior, tal y como Paolo y su hermano hacían cuando acompañaban a su abuela a vestir a los vecinos difuntos.

Una exposición dividida en dos salas, que se aconseja ver empezando por la más pequeña, siguiendo así un recorrido cronológico por el que vamos pasando de más a menos para terminar convirtiéndonos en "inventores" de finales. Esta sala pequeña está dividida a su vez por una especie de cortina formada por las chaquetas, vestidos y abrigos utilizados por Paolo en Short Stories, pasada la cual accedemos al espacio dedicado al diorama, una serie de vitrinas con más información y un vídeo final donde el propio Ventura nos cuenta como hace los dioramas.

Una exposición muy aconsejable!!


Información práctica:
Sala Municipal de Exposiciones de San Benito
De martes a domingo de 12 a 14  y de 18:30 a 21:30 h.
Hasta el 11 de diciembre de 2016


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"El arte tiene la bonita costumbre de echar a perder todas las teorías artísticas" (Marcel Duchamp)