sábado, 21 de octubre de 2017

Mr & Mrs Clark y Percy: el matrimonio Arnolfini del S.XX

"Mr and Mrs Clark and Percy" (1970-1) Tate Gallery (Londres)

Cuando Jan Van Eyck pintó "El Matrimonio Arnolfini", seguramente no pensó en la repercusión que su obra tendría en siglos posteriores, sobre todo en cuanto al significado de los símbolos que aparecen en ella, símbolos que los estudiosos tratan de descifrar una y otra vez, para dar significado a la obra; junto con la fascinación que ha ejercido sobre algunos artistas que han versionado a la famosa pareja de comerciantes italianos afincados en Brujas. Entre ellos destaca David Hockney, que decidió crear su particular matrimonio Arnolfini del S.XX: "Mr and Mrs Clark y Percy". Esta obra forma parte de una serie de tres iniciada en 1963 y que se pueden contemplar en la Tate Gallery de Londres y en la National Gallery of Victoria de Melbourne. Se caracterizan por seguir el estilo realista y simplificado del autor. Entre las tres hay diferencias: "The first marriage" surge casi de la casualidad, la que nace de la visión de una escultura egipcia en el Museo de Berlín, haciendo que la mujer adquiriese su rostro y  expresión. En las dos siguientes los sujetos son reales, amigos del pintor, convirtiéndose en retratos de los mismos.


The first marriage (1962) 
Tate Gallery (Londres)


Otra diferencia tiene que ver con las miradas de los protagonistas, en las dos primeras obras, la mujer mira al marido y éste al espectador, consiguiendo así, la complicidad del mismo e introduciéndole en la escena. En la obra del matrimonio Clark, no hay una mirada circular sino que ambos nos miran, lo que consigue el pintor es dar importancia por separado a cada uno de los protagonistas y marcar la distancia que podía existir entre ellos, para algunos anunciaba un futuro divorcio que se llevaría a cabo poco después. Pero también sirve para revelar la importancia que tenían por separado. Si la obra de Van Eyck está protagonizada por un matrimonio de comerciantes enriquecidos, la de Hockney lo está por otro de, en este caso, afamados diseñadores de ropa: Celia Birtwell y Ossie Clark. Ambos formaron un tándem perfecto, mientras Celia diseñaba los estampados de las telas, Ossie realizaba el diseño y patronaje de las prendas. Por su atelier pasaron Mick y Bianca Jagger o The Beatles además de otras muchas celebrities de los años 60 y 70. En la obra ambos llevan sus propias creaciones. 
The second marriage (1963) 
The National Gallery of  Victoria (Melbourne)
El distanciamiento entre ambos contrasta con la cercanía de Giovanni y Giovanna Arnolfini, donde él la coge de la mano. Algunos estudiosos hablan de que este gesto, junto con otros símbolos disfrazados, expresión acuñada por Panofsky, habla de la celebración de un desposorio, para otros sería la presentación de la mujer, de una clase social más baja, por parte del marido, lo que ha llevado a dudar de la identificación de los personajes, pero ese es otro tema. Creando, junto con la mirada baja que ella le dirige, una composición cerrada y convexa que contrasta con el espejo cóncavo del fondo.  Estos detalles, que no encontramos en la obra de Hockney, hicieron que el pintor señalase como su lienzo no es el típico retrato de bodas, sobre todo, porque la mujer aparece de pie mientras que el marido está sentado. A esta idea se sumaría otro elemento, Percy, el gato, que se encuentra sentado sobre las piernas de Ossie, un gato que nos da la espalda, mientras que en la obra de Van Eyck aparece un perro, símbolo de la fidelidad. Hay otro detalle, que puede parecer muy significativo en este sentido. Si os fijáis en la obra, delante de Celia vemos una mesa (en el caso de los Arnolfini será un baúl justo al lado de Giovanni sobre el que reposan unas naranjas que simbolizan la riqueza atesorada por el comerciante) y sobre ella un libro y un jarrón con azucenas. Las azucenas fueron muy utilizadas en las Anunciaciones renacentistas asociadas a la pureza de María. ¿Qué opináis vosotros? ¿Lo que Hockney busca es hablarnos de las infidelidades de su amigo Ossie? Cuando Ossie se divorció de Celia su vida no volvió a ser la misma, su descenso a los infiernos, el consumo de drogas y alcohol y la llegada de la moda Punk hicieron que cayese en el más absoluto de los olvidos, algunos de sus amigos señalan como el divorcio marcó el punto de inflexión. Ossie murió a finales de los años 90 en una situación muy similar a la de Gianni Versace o Pier Paolo Passolini. Celia volvió a resurgir y comenzó a colaborar con marcas más asequibles para el gran público diseñando telas. Los diseños que ambos acometieron juntos se han convertido en objeto de culto y de deseo por parte de coleccionistas. 
Si seguimos analizando la obra nos llama la atención la desnudez de los pies de Ossie que les hunde en la alfombra, no hay zapatos en la estancia al contrario de lo que sucede con el matrimonio Arnolfini donde en el suelo de la habitación aparecen dos pares de zapatos, cada par pertenecería a cada uno de ellos, estos zapatos harían alusión a un pasaje bíblico en el que se alude a lo sagrado del suelo. 


"El Matrimonio Arnolfini" (1434)
Jan Van Eyck (National Gallery de Londres)
Para finalizar Hockney utiliza un recurso muy frecuente en las pinturas flamencas, la utilización de una ventana que se abre al fondo dejándonos ver un detallista paisaje buscando la profundidad. Van Eyck no utilizó la ventana frontal, el la sitúa en la parte izquierda creando una perspectiva diagonal, introduciendo luz al ambiente, pero si se sirve del citado espejo cóncavo para dar profundidad a la estancia en el cual se reflejan varias personas, los supuestos testigos del enlace, entre ellos podría figurar el propio Jan. Sobre el espejo una frase: Jan Van Eyck estuvo aquí, no dice que hiciera esta obra solo que el presenció esa escena convirtiéndose en un documento de esa unión, o como recogía Panofsky del contrato prematrimonal. David Hockney introduce un grabado que había realizado tiempo atrás... una forma de rubricar su obra. 



La obra se completaría con un teléfono y una lámpara en el suelo, en el matrimonio Arnolfini la lámpara cuelga del techo y en ella solo hay una luz encendida que vuelve a hacer referencia a la idea matrimonial que subyace en el significado global del lienzo. 
Todo este simbolismo de objetos y poses nos lleva a plantearnos la relación entre los Clark, pero también ¿quiénes eran? o ¿a qué se dedicaban? a la manera eyckiana pero en la época contemporánea. El objetivo real del pintor británico, al retratar a sus amigos dentro de su casa, era el de mostrar la relación que existía entre ambos. ¿Lo consiguió?
!Os ánimo a que indaguéis en todos los símbolos que aparecen en ambas obras y saquéis vuestras propias conclusiones!!! 

jueves, 12 de octubre de 2017

Lucian Freud o el realismo más descarnado.

 La entrada de hoy está dedicada a Lucian Freud, pintor realista y miembro, junto a Francis Bacon, Michael Andrews o David Bomberg de la Escuela de Londres. Una escuela que nació en los años 50 del siglo pasado de la unión de artistas que se admiraban y a los que les unían lazos de amistad, los cuales, desde diferentes perspectivas, buscarán indagar en el cuerpo humano. Quizá, la formación del grupo y la búsqueda de la realidad y de la vuelta a la figuración reaccionando contra la abstracción imperante hasta ese momento, os recuerde en cierta medida a los Realistas madrileños. La diferencia entre ambos grupos proviene por una lado de la temática y por otro que nuestros artistas practicaron un realismo cuya base es la abstracción del Informalismo. 

Lucian Freud en su taller 
Lucian fue nieto de Sigmund Freud, ya sabéis el creador de la teoría del psicoanálisis que tanto influiría en el Surrealismo. Curiosamente, o al menos eso manifiesta él, no leyó ninguno de los libros de su abuelo, únicamente Manías y humor y lo haría buscando chistes... A pesar de ello, su huella estará presente en su obra: el realismo descarnado que caracteriza su pintura proviene de la visión del cadáver demacrado y decrépito de su abuelo, cuyo rostro, debido a la enfermedad, estaba deformado presentando un enorme orificio en una de sus mejillas. Yo añadiría que no solo la visión del realismo feroz de un cuerpo sin vida influyó en su obra, también lo harán las teorías freudianas sobre el inconsciente. Lucian buscaba representar no lo que el modelo parece ser sino lo que es. Buceaba en su interior para hacer aflorar el subconsciente llevándole a la representación de la psicología del modelo, pero insisto, no en la simple apariencia física del primer impacto visual que en muchas ocasiones está influenciado por lo que el personaje representa. Esta idea se hace patente en el retrato de "La reina Isabel II". En él la reina, a pesar de aparecer con una corona real que la distingue en su cargo, está representada cómo una anciana, quiere trasmitirnos quién es esa persona que tenemos delante de los ojos, una anciana que a través de las arrugas que dan el paso del tiempo nos habla de todas sus vivencias. El artista se centra en un rostro avejentado, descolgado donde marca profundamente los surcos nasogenianos y obvia la dignidad del cargo que ostenta, por ello no hay rastro de grandilocuencia, dignidad o autoridad característica de éste tipo de retratos despojándolos así de una cierta idealización. Una representación extremadamente realista por la que sería duramente criticado. Como os podéis imaginar hizo caso omiso a esas críticas, su fuerte personalidad que calificaban de altamente libertina y transgresora estaba por encima de las opiniones de una sociedad, la británica, muy conservadora sobre todo en lo concerniente a la realeza. (El retrato de la reina fue encargado por ella).


"Isabel II" (2001)
¿Os habéis preguntado alguna vez si lo que véis es la realidad o solo la apariencia de esa realidad? Esta cuestión ha sido muy discutida a lo largo de los siglos en relación con el desarrollo de las diferentes teorías artísticas pero también y sobre todo, en cuanto a la valoración del arte como una disciplina intelectual y no una artesanía y por lo tanto la valoración y reconocimiento del artista como lo entendemos hoy. Francisco Pacheco, El Greco o Velázquez discutían acerca del papel del pintor y de las artes. Mientras que Pacheco defendía el papel del artista como simple imitador de la naturaleza, el Greco primero y Velázquez después, consideraban que la naturaleza no debía ser imitada, ya que el pintor era un filósofo que se inspiraba en lo que veía, reclamando así su sitio como creadores. Quizá cuando Lucian Freud se enfrentaba a sus retratos buscaba a ese filósofo creador que investigaba más allá de la apariencia del retratado, para llegar hasta la más sórdida de las realidades. Cuando Velázquez pintó al Papa Inocencio X o al bufón Barbarroja, buscaba plasmar su carácter a través de diferentes características y simbolismos, por ejemplo una mano enérgica que se agarra al reposa brazos de la silla papal o a la empuñadura de una espada, así logró transmitirnos quiénes eran como personajes, pero no los "desnuda" cómo personas. En Lucian vemos este desnudo metafórico y literal, por ello decide obviar lo que vemos, para plasmar lo que es, idea que vertebra su producción. Los retratos que realiza, en su mayoría de personas que tiene cerca, buscan plasmar la psicología del retratado, pero no mediante la forma clásica: gestos, actitudes, colores, sino por las calidades de la carne acentuada por el juego de luces y perspectivas, influenciado por Edgar Degas. Junto a los retratos también pinta lo que podíamos denominar temas de género, con una característica: el desnudo. En interiores domésticos aparecen parejas, así como hombres y mujeres en solitario reclinados sobre una cama o un sofá, elementos que juegan un papel importante en el significado global de la obra que destila pesimismo, acompañados por sus mascotas. Para Lucian el cuerpo es la parte más destacada del personaje, la más expresiva, con la que intenta trasmitir quién es el personaje, por ello deja para el final los rostros, los cuales en ocasiones miran hacia abajo. 

 
Su obra se caracteriza por lo matérico, lo táctil, la pincelada larga y pastosa con la que crea los rasgos físicos y modela los cuerpos sometidos a una potente luz artificial que evitaba el enfriamiento del modelo. Al entrar el cuerpo en calor potenciaba aún más la morbidez del mismo aflorando venas que se dilataban, pliegues poco favorecedores y la relajación en la pose. El juego lumínico crea sombras dramáticas que inciden en las características ya mencionadas y en lo sórdido de cuerpos imperfectos, abandonados y con una gran carga de angustia. En la evolución hacia este tipo de pintura juega un papel importante el abandono del pincel de pelo de marta con el que, en una primera etapa buscaba la minuciosidad y el detallismo, por otro de pelo de cerda con el que consigue una mayor pastosidad en la pincelada. El lienzo se convierte en la carne y en la piel de sus retratados. 


Benefits Supervisor Sleeping (1995)

Lucian Freud se mostró adherido en sus inicios el Surrealismo, al Expresionismo alemán de Otto Dix, tendencias que abandonará en aras de la influencia realista de Stalin Spencer y del elemento carnal y morboso (que él trasformó en mórbido) de las primeras obras de Francis Bacon, hasta encontrar la particularidad de su obra. Un obra que exhuma realismo, el cual, en los cuerpos desnudos se puede llegar a convertir en rechazo. Aún así sus obras se han convertido en las más valoradas dentro del mundo del arte, como lo demuestra Benefits supervisor sleeping, un lienzo que alcanzó como precio de remate en 2008, los 23,3 millones de euros, convirtiéndose en la pieza más cara de la historia perteneciente a un autor vivo, desmontando la idea de que el arte tiende a la belleza o dicho de otro modo, la belleza depende del ojo del que mira. En ella Lucian conjuga perfectamente las redondeadas formas corpóreas con la estructura del sofá y la cortina posterior ubicada como telón de cierre. Todos los elementos que forman parte de la escena están situados en un plano horizontal subrayando las dimensiones del cuerpo de la mujer y buscando trasmitir la idea de reposo propia del sueño, así la protagonista del lienzo dormida, parece no enterarse de que está siendo objeto de espiación. La profundidad la gana con la tarima del suelo formada por piezas verticales ascendentes rompiendo con las formas apaisadas y con el brazo de la mujer en una delicada diagonal. Termina de equilibrar la obra con las tonalidades, dando unidad al lienzo. Así también se crea belleza, quizá en una primera impresión no suframos del síndrome de Stendhal, pero cuando nos detenemos y observamos la perfecta forma de componer, toda la belleza nos es revelada.
"Pinto gente, no por lo que quisieran ser, sino por lo que son" (Lucian Freud 1922-2011)

"El arte tiene la bonita costumbre de echar a perder todas las teorías artísticas" (Marcel Duchamp)