"León-Bicicleta" Técnica de la decalcomanía. Óscar Domínguez (1936) |
En alguna manzana anterior he nombrado a este tinerfeño de La Laguna, afincado en París sin el cual el Surrealismo no podría entenderse o al menos nos quedaríamos sin la lectura de una parte importante del movimiento y sobre todo del Surrealismo español.
Su vida es una interminable carrera hacia la muerte desde la enfermedad que le deforma el rostro y otras partes de su cuerpo (sufría acromegalia), los problemas mentales que le llevaron a diversos ingresos con tratamientos que volcará en sus obras debido al sufrimiento que le producen, pasando por malos hábitos que inciden sobre lo anterior, hasta los diferentes intentos de suicidio. Pero su obra también será una interminable carrera, en este caso, hacia la genialidad, la creatividad, la experimentación y la inconformidad.
En la década de los 30 del S.XX ingresa en el grupo de los Surrealistas encabezado por André Breton. Serán años fructíferos y creativos en los que desarrolla la técnica de la decalcomanía basada en el automatismo y a la que Breton consideraría un "descubrimiento excepcional". La descripción de la técnica apareció en el nº 8 de la revista Minotauro, considerada la más relevante no sólo en cuanto a que se ocupaba del arte de la época, también en su especial diseño de lujo. La adquisición de cada uno de los números suponía a su vez adquirir obras inéditas que artistas como Picasso, André Derain, Francisco Bores, Renné Magritte y muchos otros realizaron expresamente para cada uno de ellos. La portada del número 8 en la que se recoge la definición de la técnica de la decalcomanía, está ilustrada por Salvador Dalí, en ella aparece un cuerpo de mujer con cabeza de Minotauro. El cuerpo nos remite directamente a la obra " Jirafas encendidas" incluso utiliza un símbolo característico de la obra daliniana, los cajones, que evocan las teorías de Sigmund Freud. A pesar de la originalidad del artista de Figueras, la idea de los cajones fue utilizada en el S.XVII por Giovanni Battista Bracelli, artista italiano manierista, eso sí con un significado diferente. Pero volvamos a la técnica de Domínguez, la definición dada por Breton es la que sigue: " Extended mediante un pincel grueso, gouache negro más o menos diluido en distintos puntos de una hoja de papel satinado blanco, que recubriréis inmediatamente con otra igual, sobre la que ejerceréis una ligera presión. Levantadla deprisa."
"Minotaure" (Salvador Dalí) Portada de la octava edición. |
Óscar Domínguez llega a París no buscando un sitio dentro de la pintura de Vanguardia sino para hacerse cargo de los negocios de su padre, será a la muerte de éste, en los años 30, cuando la pintura pase de ser una afición a una forma de ganarse la vida. Pero la andadura de Domínguez dentro del grupo surrealista termina en los años 40 debido a problemas ideológicos ya que nuestro autor se acercará a las teorías políticas de Paul Eluard. La salida del grupo no significa el abandono de la estética del movimiento. Su obra discurrirá por influencias diversas, una de las primeras será la de Dali mediante la utilización de elementos que remiten a la sexualidad y al erotismo sádico que se aprecia en obras como "Máquina de coser electrosexual", en la cual aparecen elementos ligados al Surrealismo, elementos que quieren romper con el orden establecido, con el orden imperante a través de objetos que no tienen ninguna relación entre sí. Posteriormente será Giorgio de Chirico o Picasso los que dejen huella en el canario. De Picasso toma los principios del Cubismo que aparecen sobre todo en la composición. Sin abandonar el Surrealismo creará una obra ecléctica en la que el peso de Picasso le acompañará hasta el final de sus días. Paralelamente experimentará con la plástica introduciendo la técnica del "triple trazo" en composiciones geométricas. Oscar Domínguez contornea las figuras utilizando un margen blanco entre dos gruesos trazos negros potenciando así el aspecto global de la obra y dirigiendo nuestra mirada hacia el elemento importante, como se aprecia en "Tauromaquia". Camina hacia un estilo propio de colores sobrios, composiciones simplificadas y elementos esquemáticos que viran hacia la abstracción a mediados de los años 50. En los últimos años de su vida, la obra de nuestro artista recupera los presupuestos del automatismo de los primeros lienzos, pero sólo en cuanto a la técnica ya que serán obras cada vez más desprovistas de la complejidad de los primeros. Domínguez era consciente de la sencillez que se había apoderado de sus composiciones quedando patente en la última exposición individual en la que el fracaso fue rotundo. Este hecho agravaría su delicado estado mental potenciado por el alcoholismo en el que vivía hacía muchos años, el cual y según algunos estudiosos era el culpable de la simplificación de su obra. A pesar de la sucesión de etapas y de influencias nunca abandonará los ideales plásticos del Surrealismo. En sus lienzos aparecerán mezcladas sus vivencias personales con elementos cotidianos y otros de carácter mítico que hacen alusión a su lugar de origen. El paisaje canario será una constante como se parecía en "El Drago". Todo ellos conforma no sólo su vertiente pictórica, también la literaria.
"Cueva de Guanches" Óscar Domínguez (1935) |
Óscar Domínguez representa en el S.XX al genio incomprendido, al artista romántico que huye de la razón para instalarse en la locura y a partir de ella dejar que las imágenes fluyan. Pero su obra no está enteramente dominada por esa locura que nos puede llevar a pensar en una amalgama de elementos sin conexión entre sí ( aunque a primera vista y para una mente racional, la obra de los surrealistas y concretamente la de Domínguez nos lo parezca), las composiciones siguen un orden, buscan la claridad compositiva a través de campos de color y de franjas superpuestas, crea zonas diferenciadas en las cuales se ubican los elementos de la genialidad de nuestro pintor.
Muere la noche de nochevieja de 1958 tras una crisis paranoico depresiva y alcohólica, legándonos una obra que aún reflejando las ideas del movimiento en el que se inscribe, es puramente personal atrayendo por la bella simplicidad de sus composiciones, de colores sosegados que no traslucen el estado por el que atravesaba y que si reflejaba en los elementos utilizados, con significados tan trascendentes como los de su propia vida.
"Murió como un rey guanche, cuya sangre poseía y derramó esa sangre..." De esta manera describió su muerte Valentine Penrose en una carta dirigida a su ex mujer Maud Westerdhal.
"Tauromaquia" Óscar Domínguez (1951) |
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