lunes, 29 de febrero de 2016

Rose Valland, la gran heroína del Arte.



                          

Que el Arte ha despertado el afán del hombre por poseer no es nada nuevo,  pero quizá la forma de rapiña más desmesurada vino de la mano de Hitler y de sus dirigentes en la época de la Alemania nazi, durante la Segunda Guerra Mundial. Pretendía con la incautación de un sinfín de obras, crear un Museo a gran escala en Linz, su ciudad natal. Hitler durante años y antes de convertirse en  líder del nacionalsocialismo, había intentado ingresar en la Academia de Bellas Artes  de Viena con el fin de enfocar su carrera artística hacia la pintura. Jamás lo logró, pero a pesar de ello siempre se creyó un buen artista. Para algunos historiadores del Arte el intento fallido de convertirse en artista le empujo a crear su propio museo, confiando la confiscación de las obras más destacadas del Arte occidental a Hermann Goering y a marchantes como Hildebrand Gurlitt. Sus objetivos fueron las colecciones de arte de familias judías y comunistas de marchantes y galeristas de los países ocupados. Desde 1933 hasta 1945 Goering localizó y saqueó un número incalculable de obras de todos los tiempos, incluso de aquellas que denominaban como “arte degenerado” las cuales correspondían a artistas como Kandisnky o Paul Klee,  todas ellas pertenecientes al arte Moderno y abstracto que definía como “procedente del perverso espíritu judío o bolchevique “. El estilo pictórico que practicaba Hitler estaba más en consonancia con el realismo, por ese motivo la Academia rechazó su ingreso. La venganza hacia el Arte Moderno se materializaría años más tarde en la exposición de arte “degenerado”, en la que algunos de los cuadros fueron colgados torcidos como forma de humillación.


Obra hecha por Adolf Hitler (1914)
Cartel publicitario de la Exposición de "Arte degenerado"
(1937)
 








Frente al saqueo constante y sistemático de Museos y colecciones llevado a cabo por los dirigentes nazis,  en 1943 el presidente Franklin D. Roosevelt crea una comisión de salvamento de monumentos y obras de arte en zonas de guerra, nacen los Monuments Men. Con éste nombre se conoció a los integrantes de la sección conocida como la  MFAA (Monuments and Fine Arts and Archives), del ejército aliado. Formado por los Conservadores de los Museos de Boston y del MET, un escultor, un arquitecto, un arqueólogo y un coreógrafo.  Junto a ellos el esfuerzo de muchos otros, tanto mujeres como hombres, que a pesar de no pertenecer a la división colaboraron con los aliados para poner a buen recaudo y recuperar las miles de piezas artísticas que estaban robando los secuaces hitlerianos. Ese es el caso de Rose Valland, una gran mujer que consiguió ganarse la confianza de los saqueadores debido a su carácter tímido y recatado y a sus conocimientos artísticos.

Monuments Men
 
Cuando los ejércitos hitlerianos entraron en París en 1940 tomaron como centro de operaciones el Museo de Arte de Jeu de Paume, en el que iban guardando  todas las obras que incautaban y desde donde salían camino a Alemania. Allí trabajaba Rose Valland, encargada de la seguridad de las colecciones. Debido a su carácter reservado los alemanes jamás sospecharon que además era colaboradora de la resistencia francesa. Rose fingió no entender el alemán y durante el tiempo que tuvieron tomado el museo como centro de operaciones, ella sola fue capaz de llevar un registro minucioso y preciso de cada una de las obras, los muebles o las joyas, que iban pasando ante sus ojos, tanto escrito como visual. Pero Rose no sólo realizó esa labor, antes de que el ejército de Hitler llegara, se dedicó a esconder en los subterráneos del Museo en el que trabajaba, las obras más destacadas, poniéndolas a salvo de los saqueadores, e incluso envió otras a Chambord. Por las manos de Rose pasaron las mejores obras de arte que iban saqueando pero al mismo tiempo se involucraba cada vez más en la protección de esas obras, incluso llegó a aprender  alemán para saber más de aquellas conversaciones que tenían dentro de los muros del Jeu de Paume. Anotaba  absolutamente todo lo que escuchaba, leía la documentación que llegaba enterándose así que iba a pasar con aquellas obras que llegaban y salían del Museo, hacia donde viajaban, incluso se llevaba a casa los documentos para copiarla, devolviéndola al día siguiente para no ser descubierta. De todo lo que oía y escribía daba cumplida cuenta tanto a la Dirección General de Museos,  como a la Resistencia y a los aliados. Actuó como una verdadera espía a favor del Arte. Al principio las informaciones eran las normales de traslados, pero a medida que la guerra avanzaba, esas informaciones ganaban en interés. Cuando Hitler y los suyos se dieron cuenta que perderían la guerra se plantearon la destrucción de las obras fruto de la rapiña, esa información llegó a Rose pasando  a la acción. Informó adecuadamente a sus contactos de los lugares, las fechas, obras y escondites. Toda la documentación que guardaba en su casa sirvió para interceptar el último tren que salió de París repleto de obras y evitar que los aliados destruyesen los lugares a los que se habían trasladado las obras. Su trabajo no sólo se limitó a un trabajo de oficina, cuando París fue liberada se trasladó a Alemania para tomar parte activa en la recuperación de lo robado, como una más de los Monuments Men. En 1952 fue nombrada Conservadora de los Museos Nacionales. 60.000 obras se recuperaron gracias a su inmensa labor.
Museo de Arte Jeu de Paume.

 

 
 

viernes, 19 de febrero de 2016

La vida en la pintura rusa contemporánea. Un acercamiento etnográfico.

"La plaza Roja"
Olev Leonog (1998)
En unos días termina la exposición dedicada a la vida en Rusia a través de la obra de diferentes artistas rusos y también de su artesanía en forma de cajas lacadas y huevos de Pascua. "La vida en la pintura rusa del S.Xx"

La Colección pertenece a Dolores Tomás, una española que cautivada por los encantos de la pintura rusa que conoció en la Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid, decidió viajar hasta el país de origen de éstos pintores y rescatar unas obras que muestran la vida, las costumbres o las características de los habitantes de la extinta Unión Soviética.

La importancia de la obra expuesta radica en que se constituye como un documento etnográfico de primer orden, similar a lo que Sorolla nos legó cuando recorrió España buscando los "tipos populares" u Ortiz Echagüe en su serie de fotografías sobre los pueblos o paisajes de España. En ella veremos la forma de vida y pensamiento de un periodo muy concreto, el que va desde 1911 hasta avanzados los años 90, mostrando como se organizaba la sociedad y la economía a través, por ejemplo de los Koljos.

Plásticamente no aporta nada nuevo, es más una revisión de estilos anacrónicos que una aportación personal al mundo del Arte. Se inspiran en el Impresionismo, copian a Sorolla, se dejan influenciar por el Expresionismo y por el Naif, vemos ideas que nos remiten a la Escuela de Barbizon y a sus ideales que posteriormente pasaran al Impresionismo, pero con ejecuciones muy limitadas en muchos de los casos. Los artistas anteriores a la Revolución de 1917, como Kandinsky, Goncharova, Chagall lograron reunir las innovaciones de las Vanguardias vistas en París junto con las tradiciones de su país natal dando lugar a obras maestras de ingenio y personalidad, aquí no apreciamos esa idea. El origen de la mezcla de influencias y la búsqueda de un arte propio y diferenciado comienza con artistas como Larionov que junto a otros funda “La Sota de Diamantes”, considerada el fundamento de la vanguardia rusa, y en la que conjugan hábilmente las influencias de Cezzane, el Cubismo o el Futurismo con motivos de las artes populares rusas.

Los artistas de la exposición están muy lejos de todos esos logros a pesar de que hay ideas comunes. Actuaron al margen del régimen soviético y por lo tanto de la Unión Artística encargada de realizar las obras que el gobierno encargaba y que tenían como objetivo educar al pueblo y constituirse como propaganda de los logros conseguidos gracias a la Revolución. Ellos en cambio practicarán una pintura en la que el protagonista es el propio pueblo. El elemento patriótico sí que aparecerá en los paisajes y en el retrato pero no a la manera oficial, sino más bien exaltando la dignidad de los hombres retratados que no son ni dirigentes ni pro hombres, excepto el retrato de Lenin. 

De todos los retratos el del dirigente soviético y el de “Cabeza de hombre viejo” merecen un punto y aparte. Este último tiene un gran tratamiento de la barba y de la zona de los ojos en la que se centra para transmitir un profundo estudio psicológico. Me evoca otra obra y otro pintor: “Retrato de Elisa Casas” de Ramón Casas. Ambos utilizan colores ocres en gran parte del retrato, ambos buscan retratar la psicología del retratado y lo consiguen a base más de pinceladas que de gestos. Cuando el gran Velázquez (para mi uno de los mejores pintores de la Historia del Arte junto con Caravaggio) realiza el retrato del Papa “Inocencio X” busca la expresión de su personalidad sobre todo en gestos como el ceño fruncido, la mano que aprieta el reposabrazos de la silla en la que aparece sentado, en los colores, en la tez del Papa, pero no en el uso de diferentes pinceladas. La pintura de retrato es de lo mejor de la colección, por las habilidades que demuestran los pintores.
 
"Cabeza de hombre viejo" / "Elisa Casas"
Petr Litvinsky / Ramón Casas
1951/1883
Junto a esta obra existen otras destacadas las de paisajes con una clara evocación de las estaciones, algo muy característico del arte ruso a partir de la segunda mitad del s.XIX. El tema no sólo se limita a la obra pictórica, también literatos como Chéjov lo incluían en sus obras. En todos los casos reúnen emoción y patriotismo, además de mostrarnos a través de su plasmación una actitud ante la vida.


Cajas lacadas



Información práctica:
Sala Municipal de Exposiciones Museo de La Pasión
De martes a domingo de 12 a 14  y de 18:30 a 21:30 h.
Hasta el 28 de febrero.

lunes, 8 de febrero de 2016

Edward Burtynsky: "Agua Shock"

Phosphor Tailings Pond #2
Polk County, Florida, USA, 2012

La fotografía no es la disciplinas artística que más me había atraído hasta hace poco tiempo, pero tengo que reconocer que entrar en contacto con grandes imágenes ha hecho que mi gusto hacia ella vaya cambiando. Existe una entrada anterior sobre la fotografía, pero he decidido después de muchos días sin escribir, dedicar ésta nueva manzana a Edward Burtynsky, uno de esos fotógrafos a los que merece la pena conocer. Este fotógrafo nacido en Canadá busca captar la belleza en el equilibrio de elementos que a priori no la tienen como prospecciones petrolíferas, minas o las canteras y la naturaleza. Pero lo hace de una forma diferente a la de otros autores. Él utiliza la escala en fotografías aéreas de gran formato dónde no hay retoque digital ni tampoco pictórico aunque muchas de ellas nos devuelvan colores que escapan a nuestro ojo o nos recuerden lienzos. Su trabajo se relaciona con la fotografía pictorialista americana y también con las obras de Anselm Adams el cual fotografió la naturaleza virgen del Parque de Yosemite, por ejemplo, ya que ambos buscan plasmar el diálogo entre la sociedad y el mundo natural. Un dialogo que en nuestro días está muy deteriorado y es la perspectiva que Burtynsky nos acerca a través de sus imágenes. No se considera ningún activista político, ni perteneciente a ninguna asociación medio ambiental. En alguna de las entrevistas que concede comenta como sus imágenes tienen que actuar como las del test de Rorschach, cada uno veremos una cosa dependiendo de nuestras vivencias. Pero también hay referencias al buen uso, a la sostenibilidad y a la biodiversidad de lugares como las Salinas de Cádiz, Los Monegros o las terrazas de arroz chinas. Éstas fotografías pertenecen a la serie "Agua Shock" donde el elemento protagonista es el agua, el cual se consume abundantemente sin pensar en las consecuencias, como pueden ser las desecaciones de ríos. A través de las imágenes recorreremos los cinco continentes explorando las formas en las que usamos este recurso: agricultura, acuicultura, devastaciones o el distinto uso que se hacen de las riberas como en la ceremonia de "Kumbh Mela" en la India.
 
El formato, las escalas, los colores, el uso de perspectivas diagonales o cenitales, está pensado para captar nuestra atención, primero nos fijamos en la belleza de las imágenes y después lo hacemos en los detalles que nos revelan el verdadero significado de la obra. A primera vista la fotografía que capta el Delta del río Colorado nos parece bella, incluso la relacionaríamos con un árbol, pues bien, esas zonas "arboliferas" están marcando la tragedia, la desecación de uno de los ríos más caudalosos de los Estados Unidos y la desaparición del Delta. Curiosamente en el lado mexicano se ha declarado reserva natural protegida y la UNESCO lo declaró Patrimonio de la Humanidad para intentar salvar la comunidad de corales que existía hasta 1985.

Ölfusá River #1
Iceland, 2012

Pero junto a la tragedia también existen obras que nos atraen por su belleza sin más, recordándonos  a obras de artsitas románticos como William Turner. Es el caso de la fotografía que capta la presa del río Amarillo. En ella se nos muestra el concepto de lo Sublime que desarrolló la pintura romántica, y que hacia referencia al inmenso poder de la naturaleza sobre el ser humano. En palabras de John Ruskin, Turner fue el pintor que más conmovedoramente supo medir el temperamento de la naturaleza. Y ésta idea aparece en la fotografía a la que me refiero, y la que os invito a contemplar. Destaca la luz dorada que de nuevo la pone en relación con el pintor inglés.
 
Xiaolangdi Dam #3
Yellow River, Henan Province, China, 2011

Una constante en éstas imágenes es la ausencia de la figura humana, pero aunque no aparezca explícitamente si lo hará implícitamente "como causante de los paisajes alterados y como víctima de ellos".

Podía abordar más imágenes pero os dejo que las descubráis vosotros, que os hablen ellas y que encontréis sin buscar, esos "parecidos razonables" con movimientos pictóricos como el Informalismo o el Land Art. O como las formas de cultivo de Los Monegros crean estéticas muy artísticas que parecen pensadas para transmitirnos algún significado. Y pensad que allí donde podemos encontrar belleza lo que veamos sea el signo del deterioro.
 
Su fotografía se diferencia del resto en que no es un documento sin más, ya que Burtynsky no se considera fotoperiodista.
 
 
Información práctica:

Sala Municipal de Exposiciones de San Benito
De martes a domingo de 12 a 14  y de 18:30 a 21:30 h.
Hasta el 7 de marzo.
"El arte tiene la bonita costumbre de echar a perder todas las teorías artísticas" (Marcel Duchamp)