lunes, 14 de diciembre de 2015

A vueltas con "La Fuente", Marcel Duchamp vs Elsa VonFreytag-Loringhoven



En una anterior entrada hablaba del urinario de Marcel Duchamp en relación con la polémica suscitada por Ai Wei Wei y la compañía Lego. Pues bien, hoy ha llegado a mis manos una entrevista a Avelina Ésper, escritora y crítico de Arte Mexicana, la cual igual que hiciese Eduardo Arroyo, acusa a Duchamp de banalizar el Arte, pero Avelina ha ido más allá diciendo que plagió la obra de  Elsa von Freytag-Loringhoven la cual sería la verdadera autora de “La Fuente”. Pero ¿quién fue Elsa von Freytag-Loringhoven? Elsa fue un artista dadaísta, poeta y artista plástica, conocida como la baronesa Dadá, del círculo de Duchamp y de Man Ray, los mismos que en un principio la admiraban y que luego al virar al Surrealismo la dieron la espalda, algunos hablan de que ese olvido de los que fueron sus amigos y el olvido mismo hacia su figura, precipitó su suicidio un 14 de diciembre de 1927. 
Elsa Plötz nació en Alemania donde trabajará en un cabaret encarnando a una estatua griega, fue modelo para artistas, prostituta, inspiradora de novelas eróticas para uno de sus maridos: Felix Paul Greve, transgresora y radical. Su espíritu libre era la encarnación de todos los presupuestos dadaístas y si algo hubiese que destacar de ésta artista relegada, sería precisamente la búsqueda de la libertad, asumiendo un lema: “no soy de nadie”. Una libertad y transgresión que se aprecia en su forma de vivir y de hacer Arte. Para Elsa, el arte estaba en todo incluso en su propio cuerpo y en su sexualidad, que utilizaba a través de las performance de las que era protagonista e ideóloga.  En 1910 se traslada a Estados Unidos donde será detenida en reiteradas ocasiones por pasearse desnuda por las calles neoyorquinas provocando y provocando arte en forma de perfomance en las que participaban Duchamp y Man Ray, en una de ellas se graba con una cámara estereoscópica rasurando su pubis. En 1917 realiza una escultura formada por una tubería encontrada en la calle dispuesta sobre un trozo de madera para cortar ángulos utilizado por los carpinteros, a la que tituló “God”, obra cuya autoría se atribuyó a un pintor mecanicista, Morton Livingston Schamberg, por un hecho tan "banal" como el de ser el primero en fotografiar la obra. Elsa Von Freytag utilizaba objetos de uso cotidiano como elementos que desprendían arte, que evocaban significados impuestos por el propio artista. Se adelanta a los “objetos encontrados” del Surrealismo, al junk-art y, sobre todo, al "ready-made" creados por Duchamp o al menos popularizados por él. Más cercano en el tiempo y espacio recuerda  los objetos hallados de Ángel Ferrant.
"God" (1917)
 Elsa Von Freytag-Loringhoven
 Elsa vivió el Dadaísmo al límite, encarnó perfectamente los valores de libertad y transgresión que imponía el movimiento pero no sólo en sus obras también en su vida, una vida que podíamos comparar con la de Dalí, unas vidas teatralizadas, inspiradoras de Arte en sí mismas. Y esos mismos valores fueron los que la alejaron de sus colegas, también su personalidad radical. Pero antes de ello y según cuentan algunos críticos, Elsa regaló a Marcel un urinario, el mismo que el presentó bajo el pseudónimo R.Mutt a la Sociedad de Artistas Independientes. ¿En qué contexto se produjo ese regalo? En el de la profunda amistad y colaboración que les unía. Pero también, existe la idea de que Duchamp “roba” la autoría a Elsa una vez que ésta presenta la obra a la Sociedad de Artistas Independientes. A Elsa no la aceptaba la Asociación y ella decide presentar un urinario blanco bajo el pseudónimo Armut, una palabra alemana con múltiples significados que ella solía utilizar en muchos de sus poemas. Además es una palabra que se pronuncia igual que R.Mutt, aunque se escribe de forma diferente. ¿Qué pretendía Elsa con ésta obra? Provocar y poner a prueba a la Asociación, sobre todo en lo referente a sí sabían  distinguir entre una obra de Arte y un objeto cotidiano, lo cual sería un triunfo para Elsa en el caso de que la rechazasen, pero si la aceptaban también sería un triunfo, porque entonces se contradecían al expresar que la obra la define el artista que la presenta, ya que uno de los requisitos era que la obra perteneciese a un artista. La obra como todos sabemos fue rechazada.
Ésta hipótesis la defienden algunos estudiosos, como el antiguo director de los Museos de Glasgow, Julian Spalding, basándose en la existencia de una carta que Duchamp escribe a su hermana en la que reconoce que "La Fuente” fue mandada para participar en la exposición por una amiga suya, pero no señala que amiga, inclinándose los defensores de ésta teoría, en que se referia a Elsa, por la colaboración que existía entre ambos. Les sirve para reafirmar tal idea, que Duchamp, nunca había  admitido de forma explícita su autoría. ¿Elsa o Duchamp? Sea como fuere parece que la obra nació, quizá, de la colaboración de ambos cuando eran vecinos en el Lincoln Arcade Building, en Nueva York, ya que aunque ideológicamente no coincidiesen pero se sabe que compartían muchas experiencias y teorías artísticas.

"Retrato de Marcel Duchamp" (1920)
Elsa Von Freytag-Loringhoven

Para mí todo ésto corrobora la idea de que los estilos artísticos o el nacimiento de nuevas categorías artísticas no dependen sólo de un autor, Picasso no creó el Cubismo, tal y como nos cansamos de leer, y quizá Duchamp tampoco creó en solitario los "ready made". El momento histórico-artístico, el intercambio de ideas hace que las distintas formas de expresarse vayan naciendo, pero como fruto del intercambio,  de la colaboración entre todos ellos, no del ensayo individual.
Que Elsa se viese desprendida de la autoría de sus obras, en el caso de que fuese verdad, también demuestra el papel que la mujer ha jugado en el mundo artístico. El Dadaísmo igual que el Surrealismo y muchos otros movimientos de las Vanguardias minimizaba el papel de la mujer creadora, sustituyéndolo por el de simple acompañante, tanto es así que en el caso que nos ocupa desmentir la autoría de Duchamp significaría devaluar económicamente el valor de "La Fuente", ya que la baronesa Dadá no estaría tan cotizada, pero también serviría para dar la razón a Elsa cuando apuntaba que la obra de Arte no tiene porque definirla el artista que la presenta.
La importancia de que fuese de uno o de otro, quizá estriba mas en la valoración económica, ya que aunque "La Fuente" se considera como la obra que inicia los "ready made" o al menos la más emblemática, Duchamp durante su estancia en París se encontraba trabajando sobre ellos, definiendo algunas de sus características que se aprecian ya en la obra "Rueda de bicicleta" de 1913. Conceptualmente tanto Duchamp como Elsa la dan un mismo significado, ambos provienen del Dadaísmo y utilizan los conceptos propios del movimiento como la provocación unida, por ejemplo, a objetos de desecho, cuestionándose a través de ellos la existencia del Arte.
"Fontaine" (1917)
Marcel Duchamp

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"El arte tiene la bonita costumbre de echar a perder todas las teorías artísticas" (Marcel Duchamp)