lunes, 19 de noviembre de 2018

American Gothic ¿El icono americano?





A mediados del S.XIX, se desarrolló en Estados Unidos, un estilo arquitectónico denominado Carpenter Gothic, al que podríamos definir como una reinterpretación, muy libre, del estilo gótico europeo, a través de la utilización del arco apuntado u ojival. Y digo, muy libre, ya que solo toma la idea visual, el arco que utiliza es demasiado puntiagudo, no sigue la forma de un verdadero arco apuntado gótico, formado por la intersección de dos circunferencias que al cruzarse crean un ángulo. El que utilizan aquí nace de dos líneas rectas que se unen en el centro. Además no es estructural como lo fue el que les sirve de inspiración. Durante el gótico, el arco apuntado tuvo una importante misión arquitectónica: la de repartir las fuerzas y los empujes hacia el suelo, con lo cual se conseguían varias cosas, elevar la altura de los arcos, conseguir la eficiencia de los materiales utilizados y aligerar los muros permitiendo que se hiciesen mucho más delgados e incluso pudiesen ser sustituidos por vidrieras, como vemos en las Catedrales. No sólo el arco, los contrafuertes también sirvieron para que las cargas fuesen a parar directamente al suelo. Nacen así edificios mucho más esbeltos que los románicos, cuyo arco de medio punto distribuía las fuerzas no solo a través de la línea de fuerza que discurría por el interior del arco, sino hacia los muros, es decir vertical y horizontalmente, lo que obligaba a hacer los paramentos mucho más gruesos para soportar parte de las cargas del edificio. El Carpenter Gothic, toma los elementos que caracterizaron al gótico europeo pero con un sentido muy decorativo y banal, creando casas de un gran eclecticismo al mezclar decoraciones que tienden a lo vertical, como las que se aprecian en las ventanas ojivales, con estructuras apaisadas como las que forman los aleros de grandes dimensiones que recorren el perímetro de la casa. 


"Dibble house", 1881
Eldon, Iowa.

Pues bien, uno de estos edificios, la Dibble house, en Eldon, Iowa, se convirtió sin quererlo, en el escenario de una de las obras más conocidas de Grant Wood (1891-1942), American Gothic y también en una de las más misteriosas, ya que al contemplarla, los rostros serios de los protagonistas y sobre todo la horca que lleva el hombre, nos sugiere algo "gótico", en el sentido que los americanos dieron a este término años después, relacionado con asesinatos en la América más profunda, con lo siniestro. Con esta obra, Grant Wood, se adentra en un tipo de pintura llamada Regionalismo americano, la cual trataba de poner de relieve los aspectos y tipos más populares y tradicionales del sur y del Medio Oeste de los Estados Unidos, durante los años 30 y 40 del siglo pasado. En España, por ejemplo, el Regionalismo se había desarrollado años antes con pintores como Joaquín Sorolla o Ignacio Zuloaga. En el caso americano surge como una reacción al mundo urbano, ya que buscaron en las comunidades rurales la esencia de los tipos, las actividades y de las tradiciones que en ellas se llevaban a cabo,  en definitiva, de lo que podemos denominar el Folklore, en su sentido original y no despectivo. Esta reacción contra lo urbano tenía su punto de partida en el rechazo hacia los movimientos y sobre todo hacia los artistas de vanguardia europeos que estaba intentando introducir Alfred Stieglitz en Estados Unidos, donde lo urbano tenía mucho protagonismo, el principal es que estas vanguardias se formaron en las principales capitales. Las vanguardias europeas comenzaron a difundirse a través de la exposición "Armory Show" que entre febrero y marzo de 1913 se celebró en Nueva York. En esta exposición, no solo se mostraron obras europeas, también de la vanguardia americana, aún así se levantaron voces contrarias a ella, ya que un porcentaje muy bajo de obras pertenecían a los movimientos americanos. Y este, fue el otro elemento, que hizo nacer el Regionalismo en esta parte de América. Aunque para ser justos, la reacción de desagrado también se produjo por el elevando número de obras representativas de la vanguardia francesa en detrimento de otros focos europeos, como Alemania o Italia que también jugaron un papel destacado en el nacimiento de importantes estilos durante el primer tercio del S.XX, sobre todo Alemania. 


La reacción fue la lógica y habitual. En todos los países ha estado presente contrarrestar lo que viene impuesto de fuera mediante la búsqueda de la esencia genuina del país propio. Y para ello se rastrea en la sociedad más primitiva rescatando los elementos identitarios, aquellos que nos hacen diferentes y originales. Y no solo sucede en el arte, en todas las manifestaciones de la vida, por ejemplo en la forma de vestir, también se observó esta rebeldía. 


American Gothic, 1930
Grant Wood
Art Institute Chicago. 

Grant Wood con American Gothic, se convirtió en representativo de este estilo simplificado, que puede recordarnos la pintura Naïf, por lo ingenuo de las representaciones y por concebirlas desde la más absoluta sencillez en colores, composiciones y temas. La sencillez de la pareja encaja con la del medio que les rodea. Sencillas son las líneas que componen la casa o las copas perfectamente redondas y casi infantiles de las copas de los árboles. Es un conjunto bien avenido, como lo pueda ser la supuesta pareja que vemos. Y junto a la sencillez, la verticalidad, que observamos primero en el propio formato de la obra y a partir de ahí en los diferentes elementos que la componen, como en los rostros y cuerpos alargados de la pareja que tienden a lo ascensional, como hizo el gótico. O las tablas de madera que construyen la casa Y para subrayarlo aún más, el hombre sujeta firmemente una horquilla de tres dientes que se elevan al cielo y que replican los rostros de los personajes. Pero aún hay una tercera característica: el carácter frontal que el artista imprime a la obra. Frontalidad que evoca al arte flamenco. Aunque nos pueda parecer que el granjero y su acompañante focalizan nuestra atención, otros es el elemento que se convierte en destacado, la ventana del fondo. Lo utiliza como recurso para mostrarnos lo más característico de este estilo constructivo propio de un momento determinado y de una comunidad que engendra, supuestamente, valores superiores. Pero la ventana también ayuda a buscar la verticalidad, y en cierto modo, ventana y horquilla siguen las mismas formas, y así, el primer y el último se abren y cierran respectivamente, con la misma forma, ayudando a potenciar más la sensación de verticalidad. Y por último y hablando de la influencia de la pintura flamenca, la ventana, además de ayudar a conseguir una obra muy frontal compuesta para ser contemplada desde un único punto de vista, el que tenemos si nos colocamos frete a ella, también nos recuerda la búsqueda de la profundidad, aunque el punto de fuga, en este caso, se encuentra en el vértice que forma la techumbre. La obra recuerda las de los primitivos flamencos, pero en esta ocasión invertida, en vez de representar un interior representa un exterior, pero al estar el encuadre tan ajustado las copas de los árboles que se vislumbran al fondo no nos dan sensación de una escena completamente exterior, sino más bien interior lo que nosotros podríamos contemplar a través de una ventana. Grant Wood viajó a Europa en los años 20 del siglo pasado y aquí conoció la obra de los flamencos en la que se inspiraría para esta composición. ¿Quizá la frontalidad de El Matrimonio Arnolfini, de Van Eyck, esté presente aquí, junto con el recurso del espejo que en esta ocasión ha sido sustituido por una ventana?

Hasta aquí lo que vemos, y ahora lo que no vemos. Esta obra surgió cuando el artista viajaba a través de Iowa, lugar donde nació. Allí, en Eldon, fue donde vio la casa a partir de la cual se imagino una escena tradicional americana, ubicada en los tiempos en los que el Carpenter Gothic se desarrolló. La imagen tenía que completarse con granjeros sencillos, que evocasen el espíritu americano de fines del S.XIX. Para ello eligió como modelos a su hermana, Nan Wood Graham y a su dentista, Byron McKeeby. Aunque al ver una pareja, inmediatamente nuestra mente nos pueda llevar a pensar en un matrimonio, lo que realmente Wood quiso representar era a un padre y a su hija, encarnando los valores rurales del Medio Oeste, entre ellos el del trabajo por eso utiliza el tridente y el de la fortaleza que aparece representada a través de la mano del granjero que sujeta fuertemente la herramienta con la que trabaja. La composición la terminó en el garaje de su estudio, que le servía para exponer sus trabajos de artes decorativas lo que muestra su apego por las formas más tradicionales de expresarse, a través de la artesanía se recupera la esencia del trabajo tradicional hecho con cariño y que en cierto modo, relaciona con esta obra, por todo lo que subyace en ese tipo de trabajos. Pero estos valores les extrapola al momento por el que los americanos están atravesando, los momentos álgidos de la Gran Depresión. Esta crisis se desarrolló a nivel mundial aunque tuvo su origen en el desplome de la bolsa estadounidense, el 29 de octubre de 1929, lo que se conoce como Martes Negro. 



Nam Wood Graham y Byron McKeeby.

En un momento de decaimiento a todos los niveles, Wood quiso, a través de lo que representa esta obra y que ellos podían perfectamente entender, a buscar los valores de fortaleza y prosperidad que caracterizaron a la nación en un momento determinado y que les podían servir para sobrellevar la crisis. Era un canto a la esperanza y al optimismo y quizá por ello, los colores son alegres y las formas sencillas evocando una vida tranquila, idílica y próspera, en la que las preocupaciones modernas relacionadas con lo urbano, con la banca y lo bursátil no tenían cabida. Una prosperidad que volvería a fines de los años 30 con la aparición de la economía de guerra. 

Pero hay algo más que puede desprenderse de esta obra, eso sí, para ello hay que tener en cuenta, ya no a la sociedad utópica y ciertamente idealizada, sino a la más crítica y tradicional a la represiva y opresiva, y al propio Grant Wood. Quizá la obra no sea un canto a la esperanza sino una crítica a lo retrogrado que convive con los otras características antes mencionadas. Wood era homosexual y a través de esta obra trasmite sus ansias y su ansiedad ante su propia situación. El lugar donde él vivía, era pequeño y posiblemente opresivo, un ambiente que estaría encarnado por los dos protagonistas y el carácter que dejan traslucir en sus rostros y en su vestuario. Yo soy de la idea, de que la vida en el campo está sobredimensionada ya que la ciudad aporta valores y libertades que en lugares más cerrados se niegan. La ciudad quizá es mas impersonal, más independiente y solitaria, pero es ahí donde podemos encontrar la libertad a nuestra personalidad y poder expresar quién somos cada uno realmente, sin temer la crítica o la humillación. A través de American Gothic alienta al avance para salir de la crisis, pero al mismo tiempo, ese avance que reclama, también debería hacer salir a la sociedad de la rigidez moral en la que se encontraba. 


Grant Wood (1891-1942)

 ¿Cuándo, cómo y por qué le llega la fama a Grant Wood? Wood era un artista local que residía en una pequeña población llamada Cedar Rapids. Parece que sus deseos de ser artista se veían limitados por su lugar de residencia. Pero en 1930, el destino, la suerte o lo más importante para triunfar: creer en uno mismo, hizo que presentase esta obra a la exposición que cada año se llevaba a cabo en el Instituto de Arte de Chicago. En una primera vuelta, la obra fue rechazada, pero curiosamente y en el último momento deciden que la obra, a pesar de no tener nada que ver con el resto de obras presentadas, sea tenida en cuenta en una segunda ronda. Finalmente el lienzo se hace merecedor, no del primero, pero si del tercer puesto y obtiene la medalla de bronce Norman Wait Harris, curiosamente un banquero fundador del Harris Bank de Chicago. Pero lo que realmente hizo que su obra comenzase a ser estudiada y su figura tenida en cuenta, fue que el Instituto de Arte de Chicago decidió comprarla por 300 $, el precio de venta libremente fijado por el artista. 


"Medalla Norman Wait Harris"

Desde entonces, la obra, ha sido reproducida y parodiada hasta nuestros días, eso sí obviando el significado o significados latentes tras los personajes, el ambiente y los colores.



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