viernes, 2 de noviembre de 2018

Van Gogh, ese loco del pelo rojo.

"Autorretrato pintando", 1887
Museo Van Gogh, Amsterdam.
Vincent Van Gogh. 

Cuando hablamos de Vincent Van Gogh, creo que siempre lo hacemos desde una perspectiva nada halagüeña. La imagen que de él tenemos va más allá de la de un pintor, la imagen que proyectó Vincent, o al menos es lo que yo veo cuando pienso en su vida, es la de un hombre, un hombre muy carismático pero muy débil a pesar de tener un fuerte carácter. Solo cuando contemplo sus obras veo al Vincent pintor y en ellas, en algunas ocasiones, veo reflejadas sus experiencias vitales, esas, que a todos nos llevan a ser lo que somos. Y digo en ocasiones, ya que su obra no es un canto a la desesperación, como lo fueron las últimas obras de Goya, utilizando una paleta ennegrecida o la de Gutierrez Solana o Darío Regoyos, que proyectaban la desesperación, no de sus vidas, sino de la sociedad, de lo que se dio en llamar la España negra, en paletas de idénticos colores. Podríamos pensar en comparar la obra de los españoles citados con las de la primera etapa del holandés, como sus "Comedores de patatas", en la que nos muestra la dureza de la vida en el campo y el genial artista en el que se está convirtiendo, a pesar de las críticas hacia las figuras y hacia las tonalidades demasiado oscuras, pero estas tonalidades aluden al color que tiene la patata cuando es sacada de la tierra de labranza. Lo que él buscaba y que quizá sus contemporáneos no entendieron, era trasmitir el mensaje de la dura vida rural.



"Los comedores de patatas", 1885
Museo Van Gogh, Amsterdam.
Vincent Van Gogh. 

En la obra de Van Gogh yo veo un canto a la vida, a la luz, a la libertad del campo o al renacer, a una vida sencilla cargada de trabajo, pero complaciente. Y ese renacer, que puede ser el suyo propio, se muestra en obras como el "Almendro en flor" donde además es muy clara la influencia que sobre él ejerció la estampa japonesa. El deseo de un hombre de sentirse libre de sus ataduras mentales, de su ánimo. Por eso su obra muestra escenas de la vida diaria. En ella abundan los girasoles, como bien sabréis, estos durante el día van girándose buscando la luz y el sol. Así se mostraba nuestro pintor, como un girasol que buscaba la vida, pero que por diferentes motivos se le hacía más difícil encontrar un elemento que le aportase la luz que necesitaba. Seguramente, ese elemento, no era otro que pintar, que reflejar en sus múltiples lienzos lo que tenía delante de sus ojos: los campos y los paisajes urbanos de Arlés, la luz que influyes notablemente en los amarillos, las noches estrelladas o su habitación pero introduciéndoles también en la magia de su propia visión de artista.

"Almendro en flor", 1890
Museo Van Gogh, Amsterdam.
Vincent Van Gogh. 
Se ha hablado mucho que la paleta cromática que utilizaba reflejaba su estado anímico. Cuando hablamos de estado anímico pensamos en el aspecto más negativo. Van Gogh pasaba de la alegría a la desesperación en poco tiempo, por lo tanto, sus obras, deberían marcar ambos estados, pero ¿realmente lo hacen? Esta idea es válida en muchos pintores e incluso puede serlo en el caso del propio Van Gogh, pero no debemos tomarlo al pie de la letra, hay que tener en cuenta otros condicionantes y uno de ellos sería el cambio que van experimentando las artes a partir de las Vanguardias y como se utiliza a partir de entonces el color. El utilizó, por ejemplo, en muchas de sus obras, los azules, pues bien, quiero que os fijéis en alguna obra de la etapa azul de Picasso y la comparéis con una de Van Gogh y entonces, pensad, si os trasmite lo mismo una y otra. Pero por favor, ya sé que es difícil, abstraeros de lo que sabéis de uno y de otro, solo contemplad las obras. Y si os apetece podéis dejar vuestros comentarios. Quizá la obra más difundida en estas tonalidades, sea "La noche estrellada" (1889). ¿Qué os trasmite este lienzo, tristeza, agitación o calma? ¿Sabéis en que momento pintó esta obra? ¿Dónde se encontraba? ¿Qué pasaría un año después? Los azules nos dan sensación de calma a pesar de ser tonalidades frías, o quizá también por ello. Los colores cálidos como el rojo o los naranjas, en cambio provocan más agitación. Y según sus palabras el rojo y el verde le servían para expresar las "terribles pasiones de la humanidad". El color no es lo que determina su estado de ánimo, o al menos no como elemento final, las pinceladas largas que forman remolinos en el cielo, también tienen mucho que decir, ya que nos pueden hablar de un alma que no encuentra la paz, y es en ellas, a mi juicio, en donde se concentra toda la expresividad. Ambos, el color y la pincelada se necesitan y complementan. Esta fuerza expresiva, de la cual Van Gogh era totalmente consciente, le llevó a decir que muchos pensarían que era una forma de suplir la técnica. Pero en realidad, era tan meticuloso que aprendió la técnica a la perfección, y la aprendió de los mejores, de los grandes maestros holandeses. De Rembrandt y de Frans Hals tomó el gusto por los colores oscuros, de los que más tarde se desaprendería al entrar en contacto con Toulouse- Lautrec o Paul Signac. Es una obra que tiene mucho de evocador y de poético, pero en el sentido más literal. Camille Pissarro, llegó a decir que la inmediatez que parece estar presente en las obras de Van Gogh, no es tan cierta, ya que subyace una profunda elaboración que en algunos casos, como en el que nos ocupa, tenía como fuente de inspiración los poemas de Walt Whitman. Y quizá por la idea de que sus obras reflejan lo inminente pensemos en sus estados anímicos. Esa idea se desmonta cuando hablamos de un trabajo meditado y calculado. Debido a eso y a pesar de que nos pueda parecer un paisaje real, Van Gogh pocas veces pintaba lo que tenía delante, esas visiones las mezclaba con otras provenientes de sus sueños y de su imaginación. Por eso y en esta obra que nos ocupa, se ha hablado mucho sobre el pueblo que se ve. Siguiendo las teorías de la inmediatez, podría ser Saint Rémy, pero según algunas investigaciones el pueblecito que se ve estaría en su invención y la aguja de la iglesia evocaría la de su ciudad natal en los Países Bajos, Zundert. ¿Dónde estaría el antecedente de esta obra? ¿No os recuerda "La vista de Toledo" de el Greco? Por lo imaginativo en la concepción de los lugares que representan. El Greco Pintó Toledo pero alteró el curso del río. Nos dio una visión un tanto fantasmagórica de la ciudad. Lo que ambos están haciendo es anteceder el Expresionismo en el arte.

"La noche estrellada", 1889
Museo de Arte Moderno de Nueva York
Vincent Van Gogh.
Si viajáis a Nueva York, no os olvidéis de visitar el MoMa, allí os estará esperando "La noche estrellada" y como sabéis, nada tiene que ver la explosión del color real con lo que nuestra pantalla nos devuelve. Es entonces, cuando se tiene un lienzo frente a frente, cuando realmente se experimenta sensaciones y sentimientos, por eso es tan importante visitar los diferentes museos. 

"Laboreur dans un champ", 1889
Colección privada
Vincent Van Gogh

Otro color que se convirtió en su preferido, fue el amarillo, recordad de nuevo los girasoles. Para vosotros ¿qué representa esa tonalidad? Seguramente lo primero que nos viene a la mente es el astro rey. El sol es vida, es la alegría de un comienzo, de un nuevo día y de nuevas oportunidades. Quizá cuando Van Gogh utiliza este tono esté lanzando un mensaje implícito, el anhelo de un renacer. Como os decía, a pesar de esa imagen que tenemos de él, disfrutaba de la vida, de lo que veía y así lo dejó escrito en algunas de sus cartas, en ellas no solo se lamentaba de que no vender ni un solo cuadro. En 1888 escribió desde el sur de Francia a Émile Bernard: "¡Oh! Ese hermoso sol de verano aquí."

"Girasoles", 1889
Museo Van Gogh, Amsterdam.
Vincent Van Gogh. 

Todas estas obras son de sobra conocidas por todos, en cierta manera nos trasmiten lo idílico, lo que tiene de sugerente otros tiempos primigenios donde el tiempo se detiene y solo es necesario contemplar, eso es lo que quiso mostrar Van Gogh. Quizá esta es la clave de su triunfo entre el gran público, nadie tendría en su casa una reproducción de una obra de la cual se desprenden elementos negativos. Pero yo quiero acercaros otras, que quizá no han sido tan reproducidas y que a través de ellas y de lo dicho hasta ahora, nos sirvan para indagar más en la personalidad real del pintor. Me estoy refiriendo a sus calaveras y esqueletos. ¿Os podíais imaginar que además de las obras que todos conocemos tiene otras tan diferentes? Y no por favor, controlad vuestra imaginación, no hagáis asociación de ideas, no penséis en calaveras, muerte y su destino trágico ya que nada tiene que ver con eso. Quizá en un principio os cueste reconocerlas como obras suyas, esto es debido a la imagen que se ha proyectado de él. Van Gogh fue en gran parte autodidacta pero si que asistió a la Escuela de Bellas Artes de Amberes, allí estudiaban los esqueletos para conseguir reproducir de forma perfecta el estudio del natural. Acordaos de "La lección de anatomía del Doctor Nicolaes Tulp"(1632) del inigualable Rembrandt. Pues bien, este es el origen de sus risueñas calaveras, que aportan el elemento más divertido de su obra. Como nos ha pasado a muchos en nuestra época de estudiantes, había ciertas materias que se hacían más difíciles de digerir, a Van Gogh también le sucedía eso y traducía el aburrimiento en creatividad y así y de forma irónica representaba a una calavera que portaba en su boca un cigarrillo, era la forma elegida de burlarse de estas prácticas académicas. La obra tiene todos los componentes de un cuadro Barroco, el cigarro también. Por supuesto del Barroco holandés, en España una imagen así era ¡imposible! Por un lado, entroncaría con lo que nosotros aquí llamamos las Vanitas y que genéricamente llamaríamos Memento Mori. Un bodegón que nos recuerda que el tiempo pasa, que la vida es fugaz y que lo material es solo eso, material y que recuerdes morir, o dicho de otra manera, aprende a morir. Esta sería la traducción más cercana a la frase Memento mori, que según los historiadores fue susurrada al oído por un sirviente a un general victorioso en su entrada triunfal en Roma. Y por otro lado, en el arte holandés fue bastante frecuente la representación de los vicios y de los pecados capitales, pero no dentro de lo que denominaríamos Vanitas, sino más bien y durante el Barroco, de la pintura de género, que se aprecia en obras como "El rey bebe" de Jacob Jordaens u otra con el mismo título realizada por David Teniers. En ambos lienzos se representa una tradición flamenca relacionada con la Epifanía, en la cual la persona que encontrase el haba en el pastel es nombrado rey por un día y al grito de "el rey bebe" comenzarían los festejos. A los españoles está tradición nos es familiar ya que celebramos lo mismo en la misma fecha. También fueron muy habituales los fumadores como el tronie de Joos Van Craesbeeck, del cuál ya hablamos en una entrada anterior o el de Adriaen Brouwer.

"Cabeza de esqueleto con cigarro", 1886
Museo Van Gogh, Amsterdam.
Vincent Van Gogh. 
En esta obra hace uso de una pincelada perfecta con la que va dando forma a los huesos y esto se aprecia mucho mejor en otra de sus obras que tiene por protagonista otra calavera. El lienzo titulado "Skull", le podéis visitar en el Van Gogh Museum en Amsterdam. Lo más llamativo de esta obra es la forma en la que consigue el craquelado de la cabeza. La pinta sobre otra obra anterior la cual cubrió con una capa de zinc blanco que tiene como característica un lento secado que provocó las grietas. Como veis el cráneo está lleno de color, algo propio de sus obras y que en cierta manera es una antecedente, como decía antes del Expresionismo por lo que tiene de subjetivo.

"Skull", 1887
Museo Van Gogh, Amsterdam.
Vincent Van Gogh.

Van Gogh no fue el único que pintó este tipo de temática entre los pintores post impresionistas, también Paul Cézanne lo hizo, y no una vez sino varias. Sus cráneos nos recuerdan sus bodegones de frutas, utiliza una gama cromática muy suave propia de su obra y la composición piramidal para mostrarnos, de nuevo, la fugacidad de la vida.

"Tres calaveras", 1905
Intituto de Arte de Chicago
Paul Cézanne.

Como veis Van Gogh fue mucho más que un pintor de trigales y mucho más que un hombre de fuerte y atormentado carácter. Sus disputas con Paul Gauguin fueron habituales, a pesar de que fue este a través de la intermediación de su hermano Theo, marchante de Gauguin, quién le invitaría a formar parte de una cooperativa de artistas idea de Camile Pissarro. Arlés fue el punto de encuentro y allí los más creativos pintores de este momento postimpresionistas dieron a luz a algunas de sus mejores obras. 

"Terraza de café por la noche", 1888
Museo Kröller-Müller, Otterlo (Países Bajos)
Vincent Van Gogh.
Para terminar, he titulado la entrada como esa famosa película, que os recomiendo y que recoge de una manera muy acertada su vida, pero en mi caso, la palabra loco no alude a las dolencias mentales de Van Gogh, sino a sus colores a la explosión de las tonalidades. Este "loco" del pelo rojo estaba loco pero por vivir. 

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