miércoles, 23 de octubre de 2019

Le Roi est à moi, la Reine est la Tiene, la Tour Fait un four...


"El juego del ajedrez", 1910.
Marcel Duchamp

Los juegos llegaron al arte, no solo para ser plasmados en lienzos, también para ser practicados por los integrantes de los diferentes movimientos. Uno de esos juegos fue el ajedrez, que se convertiría en la pasión de los artistas vanguardistas. Esa pasión les llevó a diseñar tanto las fichas como el tablero, pero también fueron la inspiración para algunas de sus obras como el "Gran tablero de ajedrez" de Paul Klee. Sus formas inspiraron obras, que a priori, nada tenían que ver entre sí, como se aprecia en "Vestidos simultáneos" de Sonia Delaunay. Donde la geometría que utiliza en los personajes representados nos recuerdan las fichas de este juego. Utilizaba para sus composiciones de vestuario, trozos de tela de diversas calidades y colores, muy cercano al patchwork, que luego tendrían su correspondencia en los lienzos. De ellos Apollinaire diría que son "esculturas de formas vivientes". Sonia, además, diseñó el vestuario de los afamados ballets rusos de Diághilev e incluso abrió en Madrid su propio atellier, precedente del que en los años 20 inauguraría en París, convirtiéndose en la couturier preferida de las clases acomodadas.

"Vestidos simultáneos", 1925
Sonia Delauny.
@Museo Nacional Thyssen-Bornemisza.

Pero volviendo al ajedrez, este juego, propio de las clases intelectuales, que comenzaría a popularizarse a principios del S.XX, era considerado por las vanguardias como un lenguaje artístico más, a través del cual poder reflexionar sobre la geometría, el espacio, los colores, la perspectiva o el elemento intelectual de los movimientos. Artistas de todos los movimientos llegarían a diseñar sus propios tableros y fichas. Entre ellos, destaca el que realizó Joseph Hartwig en colaboración con Joosdt Schmidt, cuando formaban parte de la Bauhaus. Un ajedrez que ha salido a subasta. El precedente de este diseño, lo encontramos en Vilmos Huszar, un integrante de De Stijl. La simplificación a las que este sometió a las piezas fue continuada, siguiendo los principios del diseño que imponía no solo la Bauhaus, también otras escuelas, por Hartwig, y para ellos se basó en los movimientos que cada una de ellas podía realizar en el tablero, dando al juego un carácter más intuitivo, ya que las piezas a través de sus formas señalaban algunas de las direcciones en las que podían moverse. Pero hay algo más importante. El diseño original del ajedrez se basa en la división estamental del Antiguo Régimen, con reyes y reinas, obispos y plebe, en este ajedrez no existen esas figuras, sino formas geométricas simples, por lo que este ajedrez supuso una revisión no solo de la estética, también a nivel social y político.

Ajedrez de Joseph Hartwig, 1924

La intelectualidad a la que se dotaba este juego se aprecia en los diseños de las piezas elaborados por el surrealista de Man Ray. Sus piezas evolucionan desde la sencillez de las primeras formas, a otras donde partiendo de las anteriores, basadas en elementos geométricos puros, como las esferas, los cubos o las pirámides, a los que dota de un gran simbolismo, se añaden otros elementos que acaban dando a cada una de las figuras un carácter más identificativo con las piezas a las que representan, en un proceso de simplificación y estilización. Y así, el rey adopta la forma de una pirámide que representa el poder real en el antiguo Egipto, y la reina, una forma cónica unida al tocado que con esa misma silueta aludía a las reinas medievales. Pero en los últimos diseños, ambos se unifican, y apenas hay diferencia entre ellos, adoptando la forma de la reina para las figuras del rey de la reina, como se aprecia en un modelo en bronce, en el que tablero y mesa forman un todo. En este tablero, diseñado en 1962, añade un poema que da título a esta entrada.

Man Ray. 


Siguiendo con las piezas, el caballo recuerda a la voluta con la que termina el mástil de los violines, aunque su significado estaba unido a la sabiduría, y algunos encuentran, que la forma es la que ha adoptado un pergamino encontrado en la voluta del violín; en cambio el alfil tiene forma de botella, haciendo alusión a la elaboración de pócimas sanadoras.

Esta pasión por el ajedrez fue el detonante de la gran amistad que le uniría a Marcel Duchamp, quién estuvo tan atrapado en su práctica, que en 1923, tras realizar "El gran vidrio", decidió retirarse para convertirse en el mejor jugador de ajedrez, decía que cada vez le gustaba menos pintar, ocupando todo su tiempo en la práctica de este juego. Tan atrapado estaba en este juego, que algunos biógrafos, e incluso la propia Lydie Sarazin-Levassor, esposa de Marcel, señalan directamente al ajedrez como la causa del fracaso de este primer matrimonio. Durante su luna de miel, su recién estrenada esposa llegó a pegar las piezas al tablero para evitar que Duchamp pasase su tiempo analizando las diferentes jugadas. Pero la unión con este juego estuvo presente hasta en su muerte, ya que su obituario apareció en la sección de ajedrez de Le Fígaro.  

Duchamp lo consideró una práctica intelectual, del que llegó a decir "las piezas de ajedrez son los componentes del alfabeto que da forma al pensamiento". Pero conociendo un poco la obra de Duchamp, podemos concluir que la idea intelectual de la que revestía a este juego, estaba implícita en su obra artística. Si Breton dijo de Dalí que él era el Surrealismo, de Duchamp podemos afirmar que él era lo intelectual, que vierte en sus obras a través de los conceptual. Aunque realmente el arte conceptual, da sus primeros pasos dentro del Cubismo analítico primero y sintético después, quién consigue que hablemos de él como el gran "creador" es Duchamp, a través de sus famosos ready made. Ese carácter intelectual al que dotó a sus creaciones, hizo que el arte sobrepasara los límites que se le habían impuesto. Utilizando objetos de uso cotidiano a los que elevó a la categoría de Arte por la simple decisión del artista, revolucionó la estética artística y el significado a ella asociado. El Cubismo ya había dado tímidamente esos primeros pasos, utilizando periódicos para hacer sus famosos collages que insertaban en los lienzos, pero Duchamp utiliza el objeto cotidiano como elemento destacado y único de la obra, le dignifica, ya que lo importante no es el objeto en sí, sino la idea que el artista vuelca sobre él. Al hacer esto le priva de su significado primero y le convierte en algo diferente que entra de lleno en la esfera de la creación artística e intelectual. Pero mi pregunta es ¿en qué convierte estos objetos? ¿lo calificaríais de una escultura? Obviamente una calificación rápida y fácil, nos llevaría a denominarla como tal, es el concepto más adecuado para acotar las categorías artísticas, pero estábamos entrando de lleno en la contemporaneidad, si rompíamos los límites de lo que considerábamos arte, también de las etiquetas, o al menos de las tradicionales, por eso se acuñaron nuevos términos, nuevas clasificaciones, como la de ready made.

Y aquí, quizá, estriba la gran diferencia o quizá es donde se da el paso definitivo hacia el arte conceptual. Un paso que Marcel ya había comenzado a dar en sus obras de fines de 1910 cuando realiza lienzos que investigan en la estética cubista, como se aprecia en "Les Joueurs d´échecs",  en el que sus dos hermanos aparecen jugando al ajedrez.

Les Joueurs d´échecs, 1911
Marcel Ducamp.
@Centro Pompidou.

Ese avance y cambio profundo en su obra, y esa pasión que le lleva a convertir el ajedrez en el centro de sus disquisiciones teóricas, plásticas y personales, ya que hizo de este juego su forma de vida e incluso participó en 4 Olimpiadas de Ajedrez con Francia, lo encontramos en "Trébuchet", uno de esos primero ready made donde alude a una conocida maniobra de ajedrez, en la que el peón obliga al otro jugador a perder una de sus piezas con la intención de crearle una trampa, el trébucher o tropezón, ya que el origen de esta obra está además, en consecutivos tropezones. Si os fijáis la obra ya comienza con un juego de palabras. Pero la creación de este ready made, si hacemos caso a la historia a él asociado, es quizá mucho menos intelectual. Parece ser que un día Marcel Duchamp decide colocar en el suelo de su casa un perchero y observa, como si de un experimento se tratase, lo que sucede cuando sus amigos iban a visitarle. Lo que sucedía era obvio, cada uno de ellos se tropezaba con él. Finalmente decide anclarle al suelo, y así nace esta famosa obra de la cuál existen diferentes versiones.

"Trébuchet"
Marcel Duchamp. 




"Hoy me conformo con jugar. Todavía soy una víctima del ajedrez. Tiene toda la belleza del arte y muchos más. No todos los artistas juegan al ajedrez, pero todos los ajedrecistas son artistas."





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"El arte tiene la bonita costumbre de echar a perder todas las teorías artísticas" (Marcel Duchamp)